El Derecho canónico también reconoce la validez de algunos matrimonios que se celebran sin un ministro ordenado [71]. Los seminaristas deberían acceder a una formación interdisciplinaria más amplia sobre noviazgo y matrimonio, y no sólo en cuanto a la doctrina. Los Padres sinodales insistieron en que las familias cristianas, por la gracia del sacramento nupcial, son los principales sujetos de la pastoral familiar, sobre todo aportando «el testimonio gozoso de los cónyuges y de las familias, iglesias domésticas» [225]. Debido a la riqueza de los dos años de reflexión que aportó el camino sinodal, esta Exhortación aborda, con diferentes estilos, muchos y variados temas. Es más sano aceptar con realismo los límites, los desafíos o la imperfección, y escuchar el llamado a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la solidez de la unión, pase lo que pase. Por eso, los gestos que expresan ese amor deben ser constantemente cultivados, sin mezquindad, llenos de palabras generosas. Hace falta ayudarles a reconocer y a buscar las influencias positivas, al mismo tiempo que toman distancia de todo lo que desfigura su capacidad de amar. Los Padres indicaron que «un discernimiento particular es indispensable para acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados, los abandonados. No se trata solamente de presentar una normativa, sino de proponer valores, respondiendo a la necesidad que se constata hoy, incluso en los países más secularizados, de tales valores» [230]. semanal en lengua española, 12 de junio de 2015, p. 16. El prefacio de la Liturgia de los difuntos expresa bellamente: «Aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. La mirada que valora tiene una enorme importancia, y retacearla suele hacer daño. Los Padres sinodales han mencionado que «no es difícil constatar que se está difundiendo una mentalidad que reduce la generación de la vida a una variable de los proyectos individuales o de los cónyuges» [90]. En esa familia grande puede haber algunos necesitados de ayuda, o al menos de compañía y de gestos de afecto, o puede haber grandes sufrimientos que necesitan un consuelo [208]. Plaza de edición: ES. La familia debe ser siempre el lugar donde alguien, que logra algo bueno en la vida, sabe que allí lo van a celebrar con él. Esa es la lógica que debe predominar en la Iglesia, para «realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales» [366]. Con el ritmo de vida actual, la mayoría de los matrimonios no estarán dispuestos a reuniones frecuentes, y no podemos reducirnos a una pastoral de pequeñas élites. [245] Cf. El espacio vital de una familia se podía transformar en iglesia doméstica, en sede de la Eucaristía, de la presencia de Cristo sentado a la misma mesa. semanal en lengua española, 3 de enero de 2014, p. 2. Reflexión de P. Jesús Villagrasa, LC, rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, sobre la exhortación apostólica post-sinodal. Eso explica su inevitable extensión. Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 4: AAS 74 (1982), 84. Mc 1,40-45; 7,33). Cede a la cultura de lo provisorio, que impide un proceso constante de crecimiento. La Iglesia es familia de familias, constantemente enriquecida por la vida de todas las iglesias domésticas. Porque «cuando se trata de los niños que vienen al mundo, ningún sacrificio de los adultos será considerado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un niño piense que es un error, que no vale nada y que ha sido abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres» [180]. WebResumen de la enciclia DEUS CARITAS EST deus caritas est (dios es amor) fue publicado el 25 de diciembre del 2005, escrito por el ex papa benedicto xvi, fue la Un gran número de ancianos es acogido en estructuras eclesiales, donde pueden vivir en un ambiente sereno y familiar en el plano material y espiritual. Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 27: AAS 74 (1982), 113. Por otra parte, esta actitud se ve fortalecida en el contexto de un Año Jubilar dedicado a la misericordia. Leonina, t. XLVII, 354). 3-4; Motu proprio Mitis et Misericors Iesus (15 agosto 2015), preámbulo, 3, 1: ibíd., pp. En cada nueva etapa de la vida matrimonial hay que sentarse a volver a negociar los acuerdos, de manera que no haya ganadores y perdedores sino que los dos ganen. No hay que olvidar que «la “mística” del Sacramento tiene un carácter social» [207]. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 50. Ecum. past. Esto se vive y se cultiva en medio de la vida que comparten todos los días los esposos, entre sí y con sus hijos. No podemos olvidar que «la misericordia no es sólo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos. Indica que el amor beneficia y promueve a los demás. El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. [305] Catequesis (15 abril 2015): L’Osservatore Romano, ed. Por eso, san Pablo exhortaba: «Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de él» (1 Ts 4,6). Para disponerse a un verdadero encuentro con el otro, se requiere una mirada amable puesta en él. Esto a veces no se cumple, y el matrimonio no termina de asumirse porque no se ha hecho esa renuncia y esa entrega. El padre está algunas veces tan concentrado en sí mismo y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvida incluso a la familia. Además, siempre es necesario desarrollar algunas actitudes que son expresión de amor y hacen posible el diálogo auténtico. [269] Catequesis (24 junio 2015): L’Osservatore Romano, ed. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 8: AAS 98 (2006), 224. En primer lugar se dice que todo lo disculpa panta stegei. Son lazos de amor [289]. ¿Quién les ayuda a prepararse en serio para un amor grande y generoso? Pero nunca hay que olvidar la propuesta de la Reconciliación sacramental, que permite colocar los pecados y los errores de la vida pasada, y de la misma relación, bajo el influjo del perdón misericordioso de Dios y de su fuerza sanadora. Cada mañana, al levantarse, se vuelve a tomar ante Dios esta decisión de fidelidad, pase lo que pase a lo largo de la jornada. Si yo te golpeo y tú me golpeas, y te devuelvo el golpe y tú me lo devuelves, y así sucesivamente, es evidente que se llega hasta el infinito. Para que esto suceda, deben garantizarse las condiciones necesarias de humildad, reserva, amor a la Iglesia y a su enseñanza, en la búsqueda sincera de la voluntad de Dios y con el deseo de alcanzar una respuesta a ella más perfecta» [338]. El amor siempre da vida. Quienes rompen lazos con la historia tendrán dificultades para tejer relaciones estables y para reconocer que no son los dueños de la realidad. Toda la pastoral familiar deberá dejarse modelar interiormente y formar a los miembros de la iglesia doméstica mediante la lectura orante y eclesial de la Sagrada Escritura. Pero si los sentimientos son promovidos, buscados y, a causa de ellos, cometemos malas acciones, el mal está en la decisión de alimentarlos y en los actos malos que se sigan. Siempre hace falta una vigilancia. En varios países, la legislación facilita el avance de una multiplicidad de alternativas, de manera que un matrimonio con notas de exclusividad, indisolubilidad y apertura a la vida termina apareciendo como una oferta anticuada entre muchas otras. Porque la grandeza de la mujer implica todos los derechos que emanan de su inalienable dignidad humana, pero también de su genio femenino, indispensable para la sociedad [191]. [97] Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: verdad y significado (8 diciembre 1995), 23. Todo lo dicho no basta para manifestar el evangelio del matrimonio y de la familia si no nos detenemos especialmente a hablar de amor. A estas se suman las crisis personales que inciden en la pareja, relacionadas con dificultades económicas, laborales, afectivas, sociales, espirituales. El espacio exclusivo que cada uno de los cónyuges reserva a su trato solitario con Dios, no sólo permite sanar las heridas de la convivencia, sino que posibilita encontrar en el amor de Dios el sentido de la propia existencia. Eso exige reconocer la necesidad de sanar, pedir con insistencia la gracia de perdonar y de perdonarse, aceptar ayuda, buscar motivaciones positivas y volver a intentarlo una y otra vez. 7. Los Padres sinodales han indicado que «los primeros años de matrimonio son un período vital y delicado durante el cual los cónyuges crecen en la conciencia de los desafíos y del significado del matrimonio. «La compleja realidad social y los desafíos que la familia está llamada a afrontar hoy requieren un compromiso mayor de toda la comunidad cristiana en la preparación de los prometidos al matrimonio. Doy gracias a Dios porque muchas familias, que están lejos de considerarse perfectas, viven en el amor, realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino. Unámonos al salmista diciendo todos: Salmo responsorial: Salmo 8, 4-5. Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares, que debería reconocer que, puesto que «el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos» [335], las consecuencias o efectos de una norma no necesariamente deben ser siempre las mismas [336]. Pero otra cosa es una nueva unión que viene de un reciente divorcio, con todas las consecuencias de sufrimiento y de confusión que afectan a los hijos y a familias enteras, o la situación de alguien que reiteradamente ha fallado a sus compromisos familiares. Es importante más bien enseñarles un camino en torno a las diversas expresiones del amor, al cuidado mutuo, a la ternura respetuosa, a la comunicación rica de sentido. Y, para los creyentes, es una alianza ante Dios que reclama fidelidad: «El Señor es testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo que era tu compañera, la mujer de tu alianza […] No traiciones a la esposa de tu juventud. Como decía san Agustín: «Cuanto mayor fue el peligro en la batalla, tanto mayor es el gozo en el triunfo» [131]. Cuando los demás ya no puedan reconocer la belleza de esa identidad, el cónyuge enamorado sigue siendo capaz de percibirla con el instinto del amor, y el cariño no desaparece. Entonces hay que hacer un proceso de liberación que jamás se enfrentó. Sigue la palabra jrestéuetai, que es única en toda la Biblia, derivada de jrestós (persona buena, que muestra su bondad en sus obras). Comenzar a sentir deseo o rechazo no es pecaminoso ni reprochable. A su vez, en la preparación de los novios, debe ser posible indicarles lugares y personas, consultorías o familias disponibles, donde puedan acudir en busca de ayuda cuando surjan dificultades. Relación final2015, 84. Así como habita en las alabanzas de su pueblo (cf. [80] Conc. Esa ampliación de la consciencia no es la negación o destrucción del deseo sino su dilatación y su perfeccionamiento. Igualmente destaco que la Eucaristía «no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles» (ibíd, 47: 1039). Es preciso redescubrir el mensaje de la Encíclica Humanae vitae de Pablo VI, que hace hincapié en la necesidad de respetar la dignidad de la persona en la valoración moral de los métodos de regulación de la natalidad […] La opción de la adopción y de la acogida expresa una fecundidad particular de la experiencia conyugal» [91]. Las respuestas a las consultas también expresan con insistencia la necesidad de la formación de agentes laicos de pastoral familiar con ayuda de psicopedagogos, médicos de familia, médicos comunitarios, asistentes sociales, abogados de minoridad y familia, con apertura a recibir los aportes de la psicología, la sociología, la sexología, e incluso el counseling. Esto no es posible cuando reina un pesimismo que destaca defectos y errores ajenos, quizás para compensar los propios complejos. Es verdad que a veces «nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Este amor ha sido revelado por Jesucristo. Para enfrentar una crisis se necesita estar presentes. Al mismo tiempo, «hay que alentar a las personas divorciadas que no se han vuelto a casar −que a menudo son testigos de la fidelidad matrimonial− a encontrar en la Eucaristía el alimento que las sostenga en su estado. Si surgen formas de feminismo que no podamos considerar adecuadas, igualmente admiramos una obra del Espíritu en el reconocimiento más claro de la dignidad de la mujer y de sus derechos. Fue un Papa que abrió las puertas del Papado al resto del mundo. semanal en lengua española, 22 de junio de 1980, p. 3. Por ejemplo, reconocer los malos sentimientos que vayan surgiendo y relativizarlos para que no perjudiquen la comunicación. Bajo esta luz podemos recoger otra dimensión de la familia. Nunca estarán solos con sus propias fuerzas para enfrentar los desafíos que se presenten. «¿No es el hijo del carpintero?» (Mc 6,2-3). A este respecto, es significativo el testimonio de las Hermanas del convento sobre la promesa de santa Teresa de que su salida de este mundo sería «como una lluvia de rosas» (ibíd., 9 junio, 991). Ecum. Al mismo tiempo, reconocía el valor de los diferentes llamados: «cada cual tiene su propio don de Dios, unos de un modo y otros de otro» (1 Co 7,7). semanal en lengua española, 24 de abril de 2015, p. 12. Aunque los padres necesitan de la escuela para asegurar una instrucción básica de sus hijos, nunca pueden delegar completamente su formación moral. En otro versículo también lo aplica para criticar a los que se «agrandan» (cf. Una idea celestial del amor terreno olvida que lo mejor es lo que todavía no ha sido alcanzado, el vino madurado con el tiempo. Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra. Él entra en la casa de Pedro donde su suegra está enferma (Mc 1,30-31), se deja involucrar en el drama de la muerte en la casa de Jairo o en el hogar de Lázaro (cf. Por otra parte, quiero insistir en que un desafío de la pastoral matrimonial es ayudar a descubrir que el matrimonio no puede entenderse como algo acabado. Es difícil, porque a veces las personas se aíslan para no manifestar lo que sienten, se arrinconan en el silencio mezquino y tramposo. El Evangelio invita más bien a mirar la viga en el propio ojo (cf. Cuando la familia acoge y sale hacia los demás, especialmente hacia los pobres y abandonados, es «símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia» [390]. Pero son frecuentes lamentos como estos: «No me escucha. [341] Cf. Hay que mirarlo con esos ojos de amor del Padre, que mira más allá de toda apariencia. Es bueno darse siempre un beso por la mañana, bendecirse todas las noches, esperar al otro y recibirlo cuando llega, tener alguna salida juntos, compartir tareas domésticas. [17] III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, Mensaje (18 octubre 2014). En esta breve mirada a la realidad, deseo resaltar que, aunque hubo notables mejoras en el reconocimiento de los derechos de la mujer y en su participación en el espacio público, todavía hay mucho que avanzar en algunos países. Eso también produce una satisfacción que acompaña al querer propio del amor conyugal. Cuando la mirada hacia el cónyuge es constantemente crítica, eso indica que no se ha asumido el matrimonio también como un proyecto de construir juntos, con paciencia, comprensión, tolerancia y generosidad. En ese momento el corazón de los niños se convierte en espacio de oración» [308]. Mitis Iudex Dominus Iesus, art. 1 R 21) hasta llegar a las palabras que el mismo Jesús pronuncia contra la injusticia (cf. E invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia. En la preparación más inmediata es importante iluminar a los novios para vivir con mucha hondura la celebración litúrgica, ayudándoles a percibir y vivir el sentido de cada gesto. La expresión original hebrea nos remite a una relación directa, casi «frontal» —los ojos en los ojos— en un diálogo también tácito, porque en el amor los silencios suelen ser más elocuentes que las palabras. La relación entre los hermanos se profundiza con el paso del tiempo, y «el vínculo de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, si se da en un clima de educación abierto a los demás, es una gran escuela de libertad y de paz. Gn 1,28; 9,7; 17,2-5.16; 28,3; 35,11; 48,3-4). Los pastores, que proponen a los fieles el ideal pleno del Evangelio y la doctrina de la Iglesia, deben ayudarles también a asumir la lógica de la compasión con los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros o impacientes. En el desarrollo del texto, comenzaré con una apertura inspirada en las Sagradas Escrituras, que otorgue un tono adecuado. Necesitamos invocar cada día la acción del Espíritu para que esta libertad interior sea posible. Sabemos lo mucho que se sufre por ello. Lo contrario es el perdón, un perdón que se fundamenta en una actitud positiva, que intenta comprender la debilidad ajena y trata de buscarle excusas a la otra persona, como Jesús cuando dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). El hijo reclama nacer de ese amor, y no de cualquier manera, ya que él «no es un derecho sino un don» [87], que es «el fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres» [88]. past. Sus palabras, sus caricias o su sola presencia, ayudan a los niños a reconocer que la historia no comienza con ellos, que son herederos de un viejo camino y que es necesario respetar el trasfondo que nos antecede. En la acogida mutua, y con la gracia de Cristo, los novios se prometen entrega total, fidelidad y apertura a la vida, y además reconocen como elementos constitutivos del matrimonio los dones que Dios les ofrece, tomando en serio su mutuo compromiso, en su nombre y frente a la Iglesia. En esta perspectiva, ciertamente también será un don valioso, para el hoy de la Iglesia, considerar la reciprocidad entre familia e Iglesia: la Iglesia es un bien para la familia, la familia es un bien para la Iglesia. De todos modos, reconociendo que la reconciliación es posible, hoy descubrimos que «un ministerio dedicado a aquellos cuya relación matrimonial se ha roto parece particularmente urgente» [256]. En el mundo actual también se aprecia el testimonio de los matrimonios que no sólo han perdurado en el tiempo, sino que siguen sosteniendo un proyecto común y conservan el afecto. En el discernimiento pastoral conviene «identificar elementos que favorezcan la evangelización y el crecimiento humano y espiritual» [318]. Y deja solos a los pequeños y a los jóvenes» [195]. Pero, al mismo tiempo, no podemos ignorar la necesidad que tienen los niños de la presencia materna, especialmente en los primeros meses de vida. La fecundidad matrimonial implica promover, porque «amar a un ser es esperar de él algo indefinible e imprevisible; y es, al mismo tiempo, proporcionarle de alguna manera el medio de responder a esta espera» [387]. En el matrimonio se vive también el sentido de pertenecer por completo sólo a una persona. Ecum. Gemeinsames Leben, Múnich 197314, 18. Código de Derecho Canónico, c. 1055 § 1: «Ad bonum coniugum atque ad prolis generationem et educationem ordinatum». Necesita volver a escuchar el anuncio del Evangelio y la invitación a la conversión. Ex 12,26-27; Dt 6,20-25), y luego fue explicitado en la haggadah judía, o sea, en la narración dialógica que acompaña el rito de la cena pascual. Por eso, la Palabra de Dios es tan dura con la lengua, diciendo que «es un mundo de iniquidad» que «contamina a toda la persona» (St 3,6), como un «mal incansable cargado de veneno mortal» (St 3,8). 1.3-5). Allí, algunas personas acomodadas tendían a discriminar a los pobres, y esto se producía incluso en el ágape que acompañaba a la celebración de la Eucaristía. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno» [358]. Vat. semanal en lengua española, 30 de octubre de 2015, p. 4; cf. WebCarta Enciclica de Nuestro Santísimo Señor Juan por la Divina Providencia ... Parte III- Nuevos aspectos de la cuestión Social. Publicamos a continuación un resumen de la exhortación apostólica post sinodal “Amoris laetitia” (La alegría del amor”), sobre el amor en la familia”, firmada por el Santo Padre el pasado 19 de marzo, Solemnidad de San José, que recoge … porque «la unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe […] Se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales» [290]. Sólo él conoce lo más valioso, lo más importante, porque él sabe quién es ese niño, cuál es su identidad más honda. Conocer y poder tomar posición frente a los acontecimientos pasados es la única posibilidad de construir un futuro con sentido. Así se vuelven incapaces de hacerse cargo el uno del otro para la maduración de los dos y para el crecimiento de la unión. La exhortación busca hacerse eco de la convicción de los padres sinodales de que la familia cristiana es “una buena noticia” (no. Un fracaso familiar se vuelve mucho más traumático y doloroso cuando hay pobreza, porque hay muchos menos recursos para reorientar la existencia. Sin embargo, este himno al amor afirma que el amor «no busca su propio interés», o «no busca lo que es de él». [82] Catecismo de la Iglesia Católica, 2360. Mt 5,28). Numerosas familias nos enseñan que se pueden afrontar los últimos años de la vida valorizando el sentido del cumplimiento y la integración de toda la existencia en el misterio pascual. Porque «los hijos son un don. past. Vat. Estas medidas son inaceptables incluso en lugares con alta tasa de natalidad, pero llama la atención que los políticos las alienten también en algunos países que sufren el drama de una tasa de natalidad muy baja. Pero las respuestas a las consultas realizadas remarcan que en situaciones difíciles o críticas la mayoría no acude al acompañamiento pastoral, ya que no lo siente comprensivo, cercano, realista, encarnado. Entonces, procura descubrir su propio camino para ser feliz, dejando que los demás encuentren el suyo. El narcisismo vuelve a las personas incapaces de mirar más allá de sí mismas, de sus deseos y necesidades. [281] Catequesis (17 junio 2015): L’Osservatore Romano, ed. Cada uno es un «pescador de hombres» (Lc 5,10) que, en el nombre de Jesús, «echa las redes» (cf. El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos niños y jóvenes es más profundo de lo que pensamos. Cuando la preciosa pertenencia recíproca se convierte en un dominio, «cambia esencialmente la estructura de comunión en la relación interpersonal» [159]. «El agua apaga el fuego ardiente y la limosna perdona los pecados» (Si 3,30). Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 13: AAS 74 (1982), 94. 6-7. Esa fidelidad llena de sacrificios y de gozos va como floreciendo en la edad en que todo se pone añejo y los ojos se ponen brillantes al contemplar los hijos de sus hijos. Los obispos de Kenia advirtieron que, «demasiado centrados en el día de la boda, los futuros esposos se olvidan de que están preparándose para un compromiso que dura toda la vida» [244]. 1. Varones y mujeres, adultos y jóvenes, tienen maneras distintas de comunicarse, usan un lenguaje diferente, se mueven con otros códigos. A partir de esta primera experiencia de hermandad, nutrida por los afectos y por la educación familiar, el estilo de la fraternidad se irradia como una promesa sobre toda la sociedad» [220]. Es lo que sucede con un adicto compulsivo a la droga. R. Señor, dueño … La virginidad es una forma de amar. También está el caso de los que han hecho grandes esfuerzos para salvar el primer matrimonio y sufrieron un abandono injusto, o el de «los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido» [330]. […] Queridísimas mamás, gracias, gracias por lo que sois en la familia y por lo que dais a la Iglesia y al mundo» [193]. [74] Juan Pablo II, Exhort. Debemos agradecer que la mayor parte de la gente valora las relaciones familiares que quieren permanecer en el tiempo y que aseguran el respeto al otro. ¡Serás dichoso! Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 48. En definitiva, la espiritualidad matrimonial es una espiritualidad del vínculo habitado por el amor divino. La preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en las invitaciones, la vestimenta, la fiesta y los innumerables detalles que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría. Los dos grandiosos primeros capítulos del Génesis nos ofrecen la representación de la pareja humana en su realidad fundamental. La Iglesia de Mallorca se ha despedido este lunes del papa Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre, con una misa funeral en la Catedral, presidida por el … Webdecidida sobre el hecho de que “en la naturaleza misma del amor conyugal está la apertura a lo definitivo” , propiamente al interior de esa “combinación de alegrías y de fatigas, de … Benedicto XVI recogía este cuestionamiento con gran claridad: «La Iglesia, con sus preceptos y prohibiciones, ¿no convierte acaso en amargo lo más hermoso de la vida? Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 junio 2003), 4. Aunque contribuyó en gran medida a la encíclica Veritatis Splendor de su predecesor y no pudo completar Lumen Fidei publicada por su sucesor, Francisco, Benedicto XVI insistió en las virtudes … WebEstá dividida en ocho partes y consta de 77 páginas. Pienso también en el temor que despierta la perspectiva de un compromiso permanente, en la obsesión por el tiempo libre, en las relaciones que miden costos y beneficios y se mantienen únicamente si son un medio para remediar la soledad, para tener protección o para recibir algún servicio. [110] Summa TheologiaeII-II, q. Queridos novios: «Tened la valentía de ser diferentes, no os dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. No olviden las familias cristianas que «la fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él […] Cada uno de nosotros tiene un papel especial que desempeñar en la preparación de la venida del Reino de Dios» [203]. semanal en lengua española, 7-14 de agosto de 2015, p. 2. Esta familia grande debería integrar con mucho amor a las madres adolescentes, a los niños sin padres, a las mujeres solas que deben llevar adelante la educación de sus hijos, a las personas con alguna discapacidad que requieren mucho afecto y cercanía, a los jóvenes que luchan contra una adicción, a los solteros, separados o viudos que sufren la soledad, a los ancianos y enfermos que no reciben el apoyo de sus hijos, y en su seno tienen cabida «incluso los más desastrosos en las conductas de su vida» [224]. [353] De catechizandis rudibus, 1, 14, 22: PL 40, 327; cf. 1 Co 7,6-8) y no un pedido de Cristo: «No tengo precepto del Señor» (1 Co 7,25). La Eucaristía reclama la integración en un único cuerpo eclesial. Por eso, en el Salmo 127 se exalta el don de los hijos con imágenes que se refieren tanto a la edificación de una casa, como a la vida social y comercial que se desarrollaba en la puerta de la ciudad: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; la herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud; dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza» (vv. Una manera de comunicarnos con los seres queridos que murieron es orar por ellos [285]. Al unirse ellos en una sola carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza humana. WebResumen de Introduccion A LA Filosofia; 1.- Ópera de París - Parte 2; Resumen completo NCD ... Si el amor no tiene que ver con la verdad, está sujeto al vaivén de los sentimientos y no supera la prueba del tiempo. [183] Id., Catequesis (12 marzo 1980), 3: L’Osservatore Romano, ed. Mc 10,1-12). Es probable, por ejemplo, que los matrimonios se identifiquen más con los capítulos cuarto y quinto, que los agentes de pastoral tengan especial interés en el capítulo sexto, y que todos se vean muy interpelados por el capítulo octavo. Al comienzo del Salmo 128, el padre es presentado como un trabajador, quien con la obra de sus manos puede sostener el bienestar físico y la serenidad de su familia: «Comerás del trabajo de tus manos, serás dichoso, te irá bien» (v. 2). La Iglesia reconoce situaciones en que «cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, −como, por ejemplo, la educación de los hijos− no pueden cumplir la obligación de la separación» [329]. Además, la formación no siempre les permite desplegar su mundo psicoafectivo. Harán de todo por no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan» [198]. «Los esposos cristianos son mutuamente para sí, para sus hijos y para los restantes familiares, cooperadores de la gracia y testigos de la fe» [383]. Pero «prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada» [123]. No siempre se distingue adecuadamente entre acto «voluntario» y acto «libre». WebLa encíclica de Benedicto XVI manipulada por parte del Opus. Esa libertad, que hace posible espacios de autonomía, apertura al mundo y nuevas experiencias, permite que la relación se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado sin horizontes. Es el camino de construirse día a día. La Iglesia está llamada a colaborar, con una acción pastoral adecuada, para que los propios padres puedan cumplir con su misión educativa. En ese caso, su decisión es muy voluntaria, no contradice la inclinación de su querer, pero no es libre, porque se le ha vuelto casi imposible no optar por ese mal. La persona amada no necesita nuestro sufrimiento ni le resulta halagador que arruinemos nuestras vidas. Con el testimonio, y también con la palabra, las familias hablan de Jesús a los demás, transmiten la fe, despiertan el deseo de Dios, y muestran la belleza del Evangelio y del estilo de vida que nos propone. [107] Octavio Paz, La llama doble, Barcelona 1993, 35. Quienes los acompañen en la preparación del matrimonio deberían orientarlos para que sepan vivir esos momentos de oración que pueden hacerles mucho bien. Efectivamente, pensemos en los daños que producen, en la civilización de la comunicación global, la inflación de promesas incumplidas […] El honor de la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. Las parroquias, los movimientos, las escuelas y otras instituciones de la Iglesia pueden desplegar diversas mediaciones para cuidar y reavivar a las familias. De ese modo se los alienta alegremente a utilizar a otra persona como objeto de búsquedas compensatorias de carencias o de grandes límites. No aparece como el final de un proceso, sino que está presente desde el inicio del amor como una característica esencial que no puede ser negada sin mutilar al mismo amor. Suelen ser muy útiles los grupos de novios y las ofertas de charlas opcionales sobre una variedad de temas que interesan realmente a los jóvenes. Hoy sabemos que para poder perdonar necesitamos pasar por la experiencia liberadora de comprendernos y perdonarnos a nosotros mismos. Pueden agregarse otros factores como «la industrialización, la revolución sexual, el miedo a la superpoblación, los problemas económicos. Por la misma razón, no le exijo que su amor sea perfecto para valorarlo. Tampoco las consecuencias de los actos realizados son necesariamente las mismas en todos los casos» [346]. Ecum. Jesús, como verdadero hombre, vivía las cosas con una carga de emotividad. Nos cabe un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en presentar las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia, de manera que las personas estén mejor dispuestas a responder a la gracia que Dios les ofrece.